lunes, octubre 09, 2006

OBLIGACION MORAL.

Hace unos momentos me puse a leer el periódico de hoy, siendo una de las primeras secciones que reviso (después de deportes y espectáculos... I'm very Shallow) la de los columnistas (Catón y compañía), siendo el caso que al dar lectura a la columna de Sergio Sarmiento, me sentí obligado a publicarla en este espacio. Lo sucedido es verdaderamente indignante y, en esperanza de que no suceda lo que comenta la final, debe ser oblación de todos nosotros atacar y tratar de detener lo sucedido (aunque sea únicamente dándolo a conocer) para intentar tener un mejor país.
Jaque mate
Sergio sarmiento
El maestro “No se resuelve nada en este gobierno. Es un caso que quedará impune como muchos otros”.Sobrina del maestro René Calva
Jaime René Calva Aragón cometió el peor pecado para un maestro oaxaqueño en estos tiempos de paros indefinidos: Se atrevió a dar clases a sus alumnos.El pasado 5 de octubre, después de impartir su curso habitual en la Escuela Técnica Número 1, el maestro abordó una camioneta para dirigirse a una reunión del Consejo Central de Lucha, una organización disidente de la Sección 22 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación que se opone a la huelga que desde hace casi cinco meses mantiene el sindicato en el Estado.
El maestro Calva, como otros integrantes del Consejo Central de Lucha, ya había sido amenazado por miembros de la Sección 22 que lo cuestionaban a él y a otros miembros del movimiento por no sólo no apoyar la huelga, sino dar clases. Este 5 de octubre, al anochecer, después de estacionar su vehículo en una calle de la colonia Cinco Señores, cercana al lugar donde se llevaría a cabo la reunión del Consejo, fue interceptado por dos hombres.
No queda claro cómo ocurrieron las cosas, pero se sabe que estos hombres lo acuchillaron varias veces y le cortaron la yugular.La información disponible sugiere que fue su rebeldía ante la huelga y su insistencia en dar clases lo que provocó la agresión.
El escepticismo de los familiares, los amigos y los compañeros del maestro asesinado sobre la posibilidad de que se haga justicia está bien fundamentado. En Oaxaca no hay gobierno. El gobernador Ulises Ruiz hace mucho tiempo que dejó de controlar el Estado y, especialmente, la ciudad capital.
El Gobierno federal se aferra a una negociación ingenua con los grupos que han tomado la ciudad, a los cuales les está pidiendo permiso de aplicar la ley. Lógicamente, estos grupos no le han dado ese permiso.
La razón formal por la que nos dicen que se han establecido mesas de negociación para tratar de resolver el conflicto de Oaxaca es para evitar la violencia que implicaría el uso de la fuerza pública en la ciudad.
Pero la violencia está ahí presente. Ha sido con violencia que se han cerrado las escuelas del Estado, ya que muchos maestros, quizá la mayoría, ni están de acuerdo ni participan en el movimiento.
Ha sido con violencia que se han tomado las calles y se ha impedido la actividad turística económica de la ciudad.
Ha sido con violencia que se ha provocado la pérdida de empleos y de ingresos de quienes trabajan ahí.
Ha sido con violencia que se han tomado las estaciones de radio.Ha sido con violencia que los activistas de la Sección 22 y de la Asamblea Popular de los Pueblos han hecho “justicia” castigando corporalmente a quienes no apoyan a su movimiento.
Ha sido con violencia que se ha asesinado al maestro René Calva. Pero ésta es una violencia que sólo afecta a la gente común y corriente, y por eso no preocupa ni al gobernador Ruiz ni al secretario de Gobernación Carlos Abascal, a quien el presidente Vicente Fox le ha delegado la solución del problema de Oaxaca.
La única violencia que les importa, la que el Gobierno busca evitar, es la que pudiera afectar a los integrantes de la APPO o de la Sección 22. Ellos son los únicos en Oaxaca que tienen el derecho de vivir sin violencia.
Los familiares y los amigos del maestro René Calva saben bien que nunca se castigará a los homicidas. Para empezar, la policía de Oaxaca simplemente no se atreve a salir de las calles. Pero si por algún milagro se lograra encontrar a los responsables del homicidio y se les aprehendiera, se convertirían de inmediato en “presos políticos” y habría nuevas manifestaciones y bloqueos hasta que se lograra su libertad. Ésa es la “justicia revolucionaria”.
Y esa es la justicia que se aplica hoy en nuestro País y en Oaxaca. Los gobernantes se esconden y se niegan a cumplir con su deber, aunque nunca dejar de cobrar sus generosos sueldos. La población, mientras tanto, vive con miedo y es víctima de la violencia.
El gran pecado de René Calva fue cumplir con su deber como educador. Afrentó a quienes viven de impedir la educación por atreverse a dar clases de Matemáticas a los alumnos que tanto necesitan de esta instrucción. Esto le costó la vida. En nuestro País, la forma de guardar la vida, los sueldos y las canonjías es no cumplir con las obligaciones que uno tiene. Los maestros que no acuden a clases, los policías que no salen a la calle, los gobernadores que no gobiernan y los secretarios de Gobernación que prolongan los conflictos, son quienes reciben recompensas del sistema político mexicano. Los maestros que se atreven a dar clases son un riesgo para los privilegios de todos. Por eso dentro de poco nadie recordará el nombre del maestro René Calva.

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